El lugar es considerado como el segundo en su clase en ser detectado por la fuerza pública en el Putumayo en los últimos dos años. Cuenta con lugares preparados como dormitorios, plantas para suplir de energía el complejo cocalero, hornos microondas, un rigoroso sistema para producir coca tipo cristal y la infraestructura necesaria para proveer a las bandas dedicadas al comercio de drogas.
Se calcula que con esa acción, se percibían cerca de dos mil millones de pesos, que serían el producto para financiar al Bloque 32 de las FARC que opera en esa región del Putumayo. Las tareas combinadas entre tropas del Batallón 25 Domingo Rico, la Brigada Contra el Narcotráfico y el apoyo del CTI de la Fiscalía, se logra la destrucción de ese "cristalizadero". También se neutralizó el accionar de la guerrilla en cuanto al robo de combustible, que es utilizado para el proceso de los alucinógenos, según lo argumentado por el Coronel John Ávila, quien estuvo al frente de la operación. En el lugar no hubo capturas.
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